domingo, 20 de mayo de 2012

¿PODEMOS CAMBIAR CIERTOS RASGOS DE NUESTRA PERSONALIDAD?


- Yo es que soy muy testarudo. Siempre pretendo llevar la razón – me dijo el usuario después de un largo diálogo.
- ¿Le gusta ser testarudo? – le pregunté entonces.
- No.
- ¿Y por qué no cambia?
- Soy así. Ya no puedo cambiarlo.
Me quedé con esto último: “Soy así. Ya no puedo cambiarlo”.
Al llegar a su destino y salir del taxi me dispuse a desmenuzar aquellas dos frases. Saqué mi taxi-libre-ta y anoté la primera: “Soy así”. En el contexto de la conversación aquella frase no se refería a ningún rasgo físico inalterable (el que es negro, es negro; al que le falta una pierna, le falta una pierna; etc.), sino a un rasgo concreto de su personalidad. No existe, que yo sepa, ningún gen que determine nuestro grado de “testarudez”, sino que lo adquirimos y afianzamos con el paso del tiempo. Así pues, con ese “soy así” me dio a entender que:
a) Se conocía a sí mismo a la perfección, o al menos…:
b) …había asumido ese rasgo de su personalidad como defecto.
c) Se creía incapaz de cambiar dicho rasgo.
En su segunda frase, “Ya no puedo cambiarlo”, hubo algo que llamó poderosamente mi atención. No dijo “Yo no puedo cambiarlo”, o simplemente “No puedo cambiarlo”, sino que usó un “Ya” de inicio. Y en ese “Ya” se encontraba la clave. Se sentía mayor para cambiar de actitud (aunque apenas rondara los 40 años), o bien presuponía que su entorno no alcanzaría a entender o a asumir un cambio por su parte. Si dejara de ser testarudo, por ejemplo, con su mujer, después de 15 años de relación, aquella se escamaría generando un desconcierto difícil de justificar (¿a qué viene un cambio de actitud tras 15 años de constante actitud testaruda?). O pudiera ser que ese “Ya” en realidad dijera que su vida es lineal desde hace tiempo, siempre la misma, sin altibajos, y que no necesita sorprender a nadie mediante cambios o mejoras de actitud por su parte. Quizás se tratara de un hombre derrotado por la rutina, o que ya ha asumido su función en esta vida, con sus virtudes y sus defectos, y no necesita atraer a nadie más que a los que ya le conocen y quieren. No sé. ¿Tú qué opinas?
La vida no es más que esta repugnante experiencia donde la personalidad se rompe.
P.D: Este es un texto que me ha servido para elaborar mi ensayo sobre ¿Podemos cambiar?

1 comentario:

  1. Yo pienso que sí podemos cambiar, pero hay ciertos rasgos que forman parte de nuestra propia personalidad, y sin ellos no seríamos nosotros mismos. Debemos distinguir entre aquellos que nos perjudican y debemos cambiarlos y entre otros que forman parte de nostoros mismos y nos forman.

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