jueves, 24 de mayo de 2012

DISERTACIÓN FILOSÓFICA: ¿Podemos cambiar?

Las personas, por naturaleza, sufrimos cambios a lo largo de nuestra vida. Cambios  que hacen que nuestra forma de ser sea de una manera u otra. Cambios que pueden ser la causa de la formación de cada una de nuestras personalidades. Cambios y más cambios toda la vida. Pero, ¿En realidad podemos cambiar totalmente? ¿Puedo llegar ha convertirme o transformarme en otro que no soy?  ¿Podemos transformar o modificar nuestros aspectos que nos identifican por otros totalmente diferentes?
La vida de cada uno está repleta de experiencias, y a su vez estas experiencias hacen que cada persona sea diferente. Estos hábitos/costumbres que posee cada individuo definen nuestra forma de ser, es decir, crean la llamada “personalidad”. La personalidad es la diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra, es decir, nuestra marca, el único signo que poseemos que es individual. Parece que todos nacemos  y morimos con un tipo de personalidad ya establecida, que nos acompaña en el desarrollo de nuestra existencia, y de la cual no nos podemos separar, porque forma parte de nosotros. Pero, ¿De verdad nacemos con la personalidad ya constituida? ¿Nuestro alrededor no influye en esa formación? ¿No podemos desviar nuestra personalidad porque tenemos miedo a no ser quien somos?
A veces es difícil, pero los cambios nos invaden. Vivir en una sociedad tan cambiante como la actual es complicado, y más si hablamos de personalidad,  donde la gente es muy sensible y se dejar guiar por lo demás. Todos cambiamos, está claro, pero unos más que otros; y a veces estos cambios pueden provocar que la persona con la que tenías una buena amistad, ahora sea uno más del montón, de los que cambian y no se acuerdan de lo vivido en el pasado. Aquí podemos incluir la frase “olvidar lo que tenemos instalado”, es decir, borrón y cuenta nueva. Algunas personas se piensan que cambiar de personalidad es cambiar de todo, la forma de ser, de actuar ante determinadas situaciones, es decir, ser otro. Algunos estamos muy equivocados porque “cambiar” no conlleva “olvidar”.
Un claro ejemplo que me ayudaría a aclararos mi problema  lo vi en la película “Mejor…Imposible”. Trata sobre un hombre un tanto antipático, desagradable e intratable ante el resto de la humanidad. Le encanta ofender, molestar, rechazar y herir a la gente  que le rodea. Su personalidad es un tanto peculiar, lo que hace que no tenga ningún tipo de amistad. Al final de la película, gracias al vecino de enfrente, consigue que contraiga matrimonio con la mujer de sus sueños, la  cual no soportaba su forma de ser. El protagonista consigue sustituir su antigua forma de ser por otra totalmente distinta, y lo mejor de todo, sin la necesidad de cambiar lo que es, es decir, sin transformar esa imagen de típico hombre al que le gustaba sentarse a tocar el piano y escribir novelas.
Nuestro entorno también influye. Desde pequeños hemos sido educados para que nuestra forma de ser fuese como nuestros padres querían, por eso, algunas personas ven casi imposible cambiar lo que toda una vida han ido elaborando, porque sus “raíces” ya están formadas. Leyendo textos sobre el cambio de personalidad me he podido cerciorar que depende mucho de la aceptación de las personas a los cambios, de la forma de afrontarlos y de ver si esos cambios en tu persona van a hacer que seas mejor o peor ante los demás.
Nadie debe impedirnos nuestra “metamorfosis”, es decir, cada uno cambia porque quiere o porque ve que necesita un giro de 360º en su vida y no ve otra manera para conseguir esta variación que intentar ser otro. Podemos o no cambiar, eso depende de cada uno, pero lo que está bastante claro es que lo que somos no va a cambiar, por mucho que nos empeñemos en ello, porque ya forma parte de nuestra persona y nuestro ser; y porque no puedes ser quien no eres. Tú eres tú, no hay más.
Me gustaría dejaros con la frase de Eduardo Galeano con la cual me he sentido bastante identificado:
“Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”

domingo, 20 de mayo de 2012

¿PODEMOS CAMBIAR CIERTOS RASGOS DE NUESTRA PERSONALIDAD?


- Yo es que soy muy testarudo. Siempre pretendo llevar la razón – me dijo el usuario después de un largo diálogo.
- ¿Le gusta ser testarudo? – le pregunté entonces.
- No.
- ¿Y por qué no cambia?
- Soy así. Ya no puedo cambiarlo.
Me quedé con esto último: “Soy así. Ya no puedo cambiarlo”.
Al llegar a su destino y salir del taxi me dispuse a desmenuzar aquellas dos frases. Saqué mi taxi-libre-ta y anoté la primera: “Soy así”. En el contexto de la conversación aquella frase no se refería a ningún rasgo físico inalterable (el que es negro, es negro; al que le falta una pierna, le falta una pierna; etc.), sino a un rasgo concreto de su personalidad. No existe, que yo sepa, ningún gen que determine nuestro grado de “testarudez”, sino que lo adquirimos y afianzamos con el paso del tiempo. Así pues, con ese “soy así” me dio a entender que:
a) Se conocía a sí mismo a la perfección, o al menos…:
b) …había asumido ese rasgo de su personalidad como defecto.
c) Se creía incapaz de cambiar dicho rasgo.
En su segunda frase, “Ya no puedo cambiarlo”, hubo algo que llamó poderosamente mi atención. No dijo “Yo no puedo cambiarlo”, o simplemente “No puedo cambiarlo”, sino que usó un “Ya” de inicio. Y en ese “Ya” se encontraba la clave. Se sentía mayor para cambiar de actitud (aunque apenas rondara los 40 años), o bien presuponía que su entorno no alcanzaría a entender o a asumir un cambio por su parte. Si dejara de ser testarudo, por ejemplo, con su mujer, después de 15 años de relación, aquella se escamaría generando un desconcierto difícil de justificar (¿a qué viene un cambio de actitud tras 15 años de constante actitud testaruda?). O pudiera ser que ese “Ya” en realidad dijera que su vida es lineal desde hace tiempo, siempre la misma, sin altibajos, y que no necesita sorprender a nadie mediante cambios o mejoras de actitud por su parte. Quizás se tratara de un hombre derrotado por la rutina, o que ya ha asumido su función en esta vida, con sus virtudes y sus defectos, y no necesita atraer a nadie más que a los que ya le conocen y quieren. No sé. ¿Tú qué opinas?
La vida no es más que esta repugnante experiencia donde la personalidad se rompe.
P.D: Este es un texto que me ha servido para elaborar mi ensayo sobre ¿Podemos cambiar?

domingo, 13 de mayo de 2012

Cambio de planes.

El otro día en clase, mis compañeros me abrieron los ojos sobre la pregunta que elegí al principio del trimestre. La pregunta era "¿Seríamos capaces de modificar nuestros vicios?". Vi que no me sentía totalmente a gusto con ella, por decirlo de otra manera, no me sentía identificado. Preguntando y preguntando parece que llegue a la pregunta definitiva de la cual me gustaría hablar, y es "¿Podemos cambiar?".
Es tan simple como esto. No tiene más. Podemos compararlo como una eterna lucha entre yo y mi personalidad. Es algo que casi nunca llega a conectar, pero ¿Por qué nos cuesta tanto ser otro? o, mejor dicho, ¿Qué necesidad tenemos de cambiar? Estas preguntas encierran una respuesta común: "Todas depende de tí".
He encontrado un texto de Aarón Fernández, un licenciado en Administración de Empresas. Me gustaría que lo leyerías, porque creo que me va a ayudar a la hora de ver como puedo enfocar este problema.
"Es difícil saber hasta qué punto está en nosotros el cambiar nuestras actitudes y nuestro comportamiento en la vida diaria. Lo cierto es que la mayoría de las veces envidiamos conductas del otro y nos agobiamos por no saber como mantener un estado mental en equilibrio, en el que nos sintamos contentos con nuestra personalidad. Entramos en dilema cuando queremos cambiar aspectos de nuestra personalidad y no podemos. Lo anterior, en la mayoría de las veces, realmente es misterioso y complicado, pero no imposible. 
La personalidad, definida como el conjunto de valores, cultura, experiencias en la vida, carácter y temperamento; es modificable y está en cambio y desarrollo constante a largo de nuestra vida. Los cambios más significativos ocurren en la infancia y preadolescencia, pero su desarrollo es un largo proceso que abarca varias facetas a lo largo de la vida y depende de diversas variables que son ajenas a nosotros.
La cultura y la familia son el nido de la personalidad de un ser humano. La cultura delimita muchos de los comportamientos dentro de una sociedad, además de ser el medio por el cual se adquiere la percepción del mundo y la realidad de las cosas. Dentro de ella está la familia, que es el modelo primario de los valores, actitudes y visiones que poseemos y finalmente el que más nos distingue, ya que nacemos con él. 
Lo interesante y la buena noticia es que está comprobado que podemos modificar nuestra personalidad en gran medida. Los científicos afirman que la herencia forma alrededor del 50% del desarrollo de la personalidad y un 50% es forjado y delimitado de acuerdo a nuestro curso durante la vida. 
Por tanto, si no podemos cambiar nuestro entorno ni nuestra herencia, sí está en nuestras manos el influir en nuestra personalidad para ejercer cambios positivos en nuestro carácter. Así como cambios que reflejen comportamientos maduros y que promuevan condiciones sociales donde prevalezca la paz. Heredar a nuestros descendientes una mejor vida; ahí está la evolución humana, en nuestra personalidad y capacidad de modificarla"



Sobre todo, esta pregunta la querría encaminar a si podríamos cambiar nosotros mismos, es decir, nuestra forma de ser, nuestra forma de actuar ante los demás,... Leyendo el texto y varios que he encontrado podríamos decir que depende mucho de la aceptación de las personas a los cambios, de la forma de afrontarlos y de ver si esos cambios en tu persona van a hacer que seas mejor o peor ante los demás.
Supongo que no será fácil, ni tampoco díficil, que lo único que nos queda es recorrer este camino solos para comprobar cada cambio en nuestra personalidad.

domingo, 6 de mayo de 2012

¿Podemos olvidar nuestros vicios?

Olvidar cuesta, y mucho. Podemos olvidar cosas sin importancias que no nos influyan mucho, como los pequeños detalles que no recordamos, o podemos olvidar algo que puede ser esencial o importante para tí. Cumplir la acción de olvidar depende de la seriedad de lo que tengamos en mano. Relacionando esta pregunta con la entrada anterior sobre los vicios, me pregunto ¿Podemos olvidar lo que en un pasado formaba parte de tí? ¿Por qué algunas veces nos cuesta tanto olvidar y otras, en cambio, cuando menos nos demos cuenta, desaparecen de nuestras mentes? ¿Repercutiría en nuestro ánimo ese cambio? ¿Podría llegar a transformarnos en otro "yo"?
En la entrada anterior hablé de si podemos ser capaces de cambiar nuestros hábitos/actitudes que predominaron en nuestro pasado. Saqué en claro que si queremos de verdad olvidar estos hábitos podríamos conseguirlo con esfuerzo y tesón. También que lo más importante es nuestro alrededor, es decir, el ambiente en el que vivimos continuamente, que hace que seamos de una manera u otra. Estas conclusiones las saqué directamente de la película "Mejor...Imposible", sin ver nada ni informarme de lo que de verdad guarda esta pregunta.

Vicios buenos/Vicios malos. Todas las personas tenemos vicios que nos perjudican, no solo al físico y a la salud, sino a la forma de ser, y vicios buenos, que hacen que estemos más "satisfechos" con nosotros mismos.  Pues no, realmente no hay vicios buenos ni vicios malos, ya que un vicio implica algo negativo, una costumbre o un hábito que hace que nos olvidemos de lo realmente importante. Principalmente, se desarrollan los vicios para poder sentirnos bien, de la cual, a lo largo del tiempo, no podemos olvidar fácilmente, lo cual hace que sea dañino para nosotros. Se convierte en "vicio" de verdad cuando abusamos de forma exagerada de ese elemento o de esa acción  que hace que nos enganchemos a ella.
Aquí entramos en "olvidar" lo que durante un periodo de nuestra vida a prevalecido a la hora de elegir lo que queremos hacer. Por ejemplo, el famoso vicio de fumar. Uno empieza a tomar nicotina más 4000 componentes tóxicos a una edad temprana, cuando no se tiene en cuenta las posibles consecuencias que eso conllevaría a lo largo del tiempo. Al principio, el hábito de fumar es ocasionalmente, solo "los fines de semana", en fiestas, etc. Se va convirtiendo en uso, hábito y al final se crea dependencia a esta droga. Y en este momento es cuando nos damos cuenta del daño que nos provoca. Ya no puedes realizar tu día normal sin fumarte, como mínimo, tres cigarros al día. Y viendo esto, ¿Crees que puedes dejar de fumar tan facilmente? Estamos hablando de un vicio que hace que puedas hacer las cosas que una persona no fumadora hace sin esfuerzo. ¿Crees de verdad que puedes dejarlo cuando tu quieras? ¿ Puedes olvidar los vicios que predominaron en un pasado?. Por desgracia, numerosas encuestas afirman que solo un 15 % de la población deja de fumar, acudiendo a médicos para que le ayuden.

Olvidar no es tán facil, y menos si forma parte de tí. 

Llegados a este punto de vista, vemos que, aunque algunas veces le echemos mucho empeño en olvidar un vicio, no llegamos a ese resultado deseado que esperamos. Debemos dar todo lo que tenemos, si de verdad nos importa olvidar, en hacer hincapié en no acordarnos de lo que nos hacía daño en el pasado y ver nuestro futuro limpio de vicios.
Y, terminando esta entrada, me gustaría deciros que debéis creer en vosotros, que nada es imposible, que con el esfuerzo todo se consigue, y que todo, al final de la meta, tiene su recompensa.



domingo, 29 de abril de 2012

Lo primero es empezar.

Después de estar dando vueltas y vueltas a mi problema, he sabido comenzar, es decir, he tomado la decisión de empezar algo que me llevará, a poder ser, casi todo el tercer trimestre. Después de vencer mi indecisión, gran problema que poseo, mi pregunta que voy a trabajar este trimestre ya está decidida.
Se la "robé" a mi compañera de clase, Elena Lamas, ya que me llamó bastante la atención y veía que era la que más juego me daba. Su pregunta era esta: "¿Seríamos capaces de cambiar actitudes/hábitos que han predominado desde mucho tiempo atrás?". La formulación de esta pregunta puede llevar a confusiones y malentendidos para mí, por lo que yo la he modificado a mi manera, extrayendo esta pregunta.
"¿SERÍAMOS CAPACES DE MODIFICAR NUESTROS VICIOS?".
A primera vista, vemos que las preguntas no son iguales, pero yo las veo que están encaminadas en el mismo camino, es decir, que lo esencial de la pregunta original la he incluido en mi pregunta. Pueden ser respondidas de muchas maneras, pero si os digo la verdad, todavía no he elegido la respuesta correcta para solucionarla (aquí incluimos de nuevo a la indecisión)
Empecé a barajar las posibles consecuencias que me provocaría esta pregunta. Empecé a ver por donde le metía mano para encaminarme y ver como podría extender toda esta pregunta para que me durase todo el trimestre.
Lo primero que me vino a la mente fue ver películas. Me costó bastante encontrar películas que trataran sobre este tema de olvidar vicios del pasado. Por lo pronto, la película que he encontrado es "Mejor...Imposible".
Ahora os voy a contar la sinopsis de esta película:
Melvin Udall es un escritor de novelas románticas. Es un hombre antipático, desagradable e intratable ante el resto de la humanidad. Se siente enorgullecido de su habilidad para molestar, rechazar, ofender y herir a todos aquellos a su alrededor. Disfruta viendo como las personas que le rodean sufren. Todo esto provoca que Melvin viva en la más absoluta soledad, lleno de vicios que hacen que su vida sea bastante peculiar. Sin embargo, en su vida cotidiana, hay dos personas con las que se relaciona de forma más o menos habitual: su vecino de enfrente, el artista Simon Nye, homosexual y fotógrafo en sus tiempos libres. Melvin lo trata fatal y no le respeta; y Carol, la camarera de un bar donde éste va a comer. Es la única que puede soportar su sarcasmo y malos modales en el restaurante. Los tres personajes encontrarán sus destinos entrelazados.
Al final, Melvin, con la ayuda de Simon Nye , acaba manteniendo una relación con Carol, su camarera, ya que poco a poco el amor que siente por ella hace que se vaya olvidando de sus obsesiones.
Viendo esta pregunta sacamos varias respuestas:
  • Con esfuerzo y voluntad podemos cambiar los vicios que teníamos establecidos en el pasado.
  • Que lo más importante es la gente que te rodea, que hace que tu forma de ser y tus defectos cambien de manera positiva.
Por lo pronto, y hasta que vaya avanzado en el problema, diría que sí podríamos modificar nuestros vicios, no del todo, pero sí en gran parte.


domingo, 22 de abril de 2012

¿Como debemos afrontar los problemas?

Imagínate que un día estás estupendamente, alegre contigo mismo, no tienes nada de que preocuparte. Un día de estos raros, en los que te sientes bien con el mundo que te rodea. Durante este sueño, imaginate que te llega una grave noticia, un hecho que te va a hacer añicos. Un problema no, un problemón, de estos que no puedes resolver, y me pregunto ¿Por qué nos sentimos tan afectados ante los problemas? ¿Como debemos afrontar de la mejor manera los problemas? ¿Nuestra vida seguirá siendo la misma antes y después de enterarnos de tal hecho, a veces malo y a veces pésimo?
Este tipo de pregunta me viene al pelo en estos momentos de mi vida. ¿Como afrontar los problemas? ¿Cómo? ¿Por donde empezar? Me siento un poco/bastante perdido. No sé que hacer, como tomármelo, si bien o mal, y como llegar a solucionar este problema tan "raro". Aquí podríamos incluir mi antigua entrada sobre "¿Por qué somos tan indecisos?", ya que no tengo claro cómo o de que forma puedo ayudar para que este asunto desaparezca de mi mente.

Por ejemplo. Mi primo, a los 5 años, aún no hablaba, estaba bastante despistado, no atendía cuando le llamabas, corría por toda la casa gritando la última palabra que había escuchado. Mi tía, bastante preocupada, le llevó a varios médicos para que vieran lo que le pasaba. Le diagnosticaron que tenía el problema del "autismo". Me gustaría mucho informaros sobre de que trata este tipo de "problema" (no me gusta llamarlo enfermedad). El autismo es un trastorno que suele diagnosticarse en la infacia temprana. Los principales signos y síntomas del autismos afectan la comunicación, las interacciones sociales y las conductas repetitivas. Los niños con autismo pueden tener problemas para hablar, o no mirar a las personas cuando les habla. Es posible que tenga que alinear lápices antes de poder prestar atención, o decir la misma frase una y otra vez para calmarse. Pueden agitar los brazos para indicarle que están contentos, o hacerse daño para mostrarle que no lo están. Dado que las personas con autismo pueden tener características y síntomas muy diferentes, los profesionales de la salud consideran que el autismo es un trastorno de "espectro". Aún no se conoce la causa del autismo. El autismo dura toda la vida de una persona. No existe una cura, pero el tratamiento puede ayudar. Los tratamientos incluyen terapias conductuales y de comunicación y medicinas para controlar los síntomas.


Es muy duro ver como te ignora, que no te hace caso. De todas formas, todo no es negativo. Poco está evolucionando, diciendo palabras sueltas bien pronunciadas y prestando un poco más de atención. Y lo peor de todo es ver que no puedes hacer nada para solucionarlo, que lo único que queda es esperar y ver como progresa a lo largo del tiempo.
Os recomiendo una película que expresa muy bien como se siente una persona autista y como lleva su familia este problema. Se llama Temple Grandin.


domingo, 15 de abril de 2012

¿Por qué somos tan indecisos?

Las personas, por naturaleza, nos cuestionamos todo lo que es cuestionable. Somos dudosos, inseguros, estamos confusos y dubitativos. En algunas situaciones, nos cuesta encontrar la solución, por eso, me pregunto, ¿Por qué somos tan indecisos? ¿Por qué nos cuesta tanto tomar decisiones a lo largo de la vida? ¿Por qué algunas veces, teniendo seguro lo que queremos, nos aseguramos de elegir la respuesta correcta?
Sabemos que nunca ha sido fácil elegir la respuesta correcta. Las dudas siempre nos han traído dolores de cabeza insoportables, debido a que no sabemos que escoger de una multitud de opciones. No se si será por falta de criterios o por falta de decisión. Tu cabeza no para de dar vueltas y barajar las posibles respuestas que podemos llegar a elegir al final. Sabes que tendrás que elegir la solución al problema, pero estoy seguro, que si estamos de verdad indecisos, nunca querremos que llegue ese momento.
Un día esto, otro día lo otro. Hay veces que queremos algo y después de unos días ya no lo queremos. No estamos seguros de lo que nos apetece. Podríamos decir que existen un porcentaje de personas que no son tan indecisas o aparentan que tienen las decisiones bien claras, y otro porcentaje que les cuesta o aparentan que "elegir la opción correcta" no es tan fácil y que necesitan un tiempo de reflexión.
Un claro ejemplo de indecisión sucedió el otro día en clase de Filosofía. Toda la clase teníamos que exponer nuestras preguntas personales basadas o que surgiesen a partir de unos textos que el profesor nos dio. Tuvimos que leerlos y sacar unas cuestiones que nosotros no podíamos resolver. En clase, dejamos que los demás compañeros leyeran las nuestras y yo tuve que leer las de los demás. Había muchas que me llamaron la atención, como ¿Somos quienes para juzgar?¿Hasta que punto necesitamos a los demás?¿Somos esclavos de alguien?¿Apreciamos los detalles?¿Por qué no nos acordamos de ciertos sueños y, sin embargo, otros los recordamos a la perfección? etc; un sinfín de cuestiones que buscan una respuesta. El profesor nos obligó a coger solo "una" de todas ellas. Sé que será un mal trago optar por una cuando hay tantas preguntas esplendidas. Y, si os digo la verdad, todavía no he sido capaz de decantarme por ninguna de ellas.
Debemos tomar decisiones, y si tenemos que ralentizar el plazo de respuesta no pasa nada, ya que cada uno necesita un margen de reflexión más estrecho o más ancho. Una persona puede un poco sopesar más profundamente sus respuestas, ver que consecuencias o ventajas tendría esa decisión,... y otros, sin pensarlo ni valorarlo, toman la respuesta a la primera, sin ver los efectos que eso conllevaría.
Desde mi punto de vista, yo me incluyo en ese grande porcentaje de personas que duda de todo,  que tarda muchísimo en llegar a una solución y que esté seguro de querer tomarla y que ve como afectará en su futuro. Y tú, ¿eres indeciso?

domingo, 18 de marzo de 2012

¿Ser felices con cualquier cosa?

Típica pregunta que más de uno se ha planteado a lo largo de su trayectoria en esta vida que tiene tanto bueno y tanto malo. La vida, un camino aún por recorrer, donde encontramos "objetos" que hacen que esta larga travesía se pueda llevar de mejor o de peor manera, por eso ¿Qué necesitamos para llegar a conseguir esa felicidad? ¿Somos realmente dichosos con lo que tenemos, o queremos más? ¿Como se podría satisfacer ese vacio que algunas veces nos provoca la falta de algo o de alguien?
Cosas materiales o cosas carnales. ¿Qué prefieres? ¿Con cual de ellas vas a ser feliz? Cuando hablamos de cosas materiales nos referimos a objetos que hacen que nosotros seamos de una manera u otra. No tienen sentimientos y nos agradan o nos desagradan que los poseamos o no. Cosas que para algunos tienen una gran importancia desde su punto de vista, incluso las prefieren en abundancia si les satisfacen sus necesidades, pero ¿Se puede "querer" tanto un objeto como para darle menos importancia a un "objeto humano"?
En relación con este tema, os voy a contar una historia real que sucedió hace varios años. "Una familia de tres personas se va de viaje a la playa. El niño es un bebé. Durante el trayecto tienen que parar a una gasolinera a rellenar el depósito. Bajan del coche ambos padres y dejan al niño solo en  el coche con una caja de rotuladores. Al volver los padres de rellenar el coche, se encuentran el automóvil pintarrajeado, culpa del bebé. Como el padre le tenía mucho aprecio al coche, empieza a pegar al niño fuertemente. Tan fuerte le dio, que le tuvieron que llevar al hospital. Al cabo de unos días fallece. El padre, arrepentido por lo que cometió, se acaba suicidando". En esta historia podemos comprobar que hay veces que las personas tenemos más aprecio hacia un objeto que hacia una persona, e incluso, le duele que ese objeto se dañe (como en este caso el coche). ¿Vosotros creéis que se puede querer más a una cosa inerte que a una cosa que tiene vida y te puede dar millones de veces más felicidad y cariño? Desde mi punto de vista, creo que ya no tenemos criterios para saber decidir que cosa nos da más felicidad, si un humano o un simple objeto.
Debemos saber y "tener cabeza" sobre lo que elegimos para satisfacer nuestra felicidad, porque hay veces que nuestra decisión es incorrecta y nos hacemos daños a nosotros mismos. Dejar apartado algo que te dará felicidad siempre por algo que te la da solo en momentos oportunos son cosas que solamente nos pasan a los humanos, y que yo, nunca llegaré a entender.
 
Siempre ha habido momentos en que nos hemos decantado por objetos llamativos que pensábamos que nos iban a dar esa felicidad, pero al cabo de un tiempo, nos acabamos cansando y lo dejamos de lado. Yo creo que nunca nos podemos llegar a cansar de la existencia de un ser humano, porque siempre da cosas novedosas e inesperadas, no como un objeto, que se ha creado con una única función, "satisfacer una necesidad que nos surga en un momento"

domingo, 4 de marzo de 2012

Naturaleza y Cultura.

El otro día estábamos trabajando este tema en clase y me pareció bastante interesante. Me puse a buscar vídeos interesantes que me acercaran un poco más a la explicación de cada uno de estos conceptos. Encontré un documental bastante entretenido de una canal andaluza. Aquí os lo pongo. Espero que os ayude un poco a entender la diferencia existente entre "Naturaleza" y "Cultura".
PARTE 1

PARTE 2

sábado, 25 de febrero de 2012

¿Debemos escuchar a los demás?

Ésta la típica pregunta que todas las personas plantean a los demás. Las personas, en todo momento, rogamos "escuchar" a los demás, ya sea porque es bastante bueno conocer las opiniones de los demás, por simple educación al que te está hablando o sugiriendo algo, o porque lo que el otro dice te puede valer para formar tus opiniones y, como no, tus razones y argumentos. Pero, ¿Porque no paramos de decir que escuchemos a los demás? ¿Nosotros escuchamos a los demás? ¿Queremos que los demás nos escuchen pero nosotros no queremos participar en la comunicación y pasar de lo que no mencionen? La atención, tanto del que escucha como del que recibe la información, debe permanecer activa en ambas personas.
Escuchar a los demás es la base del todo el entendimiento. Nosotros escuchamos para intentar mejor el entendimiento que tenemos sobre la realidad que nos rodea. Nos es fundamental oír, enterarse y comparar todas las conclusiones de cada uno de nosotros para poder definir de mejor manera los criterios de la realidad. Creo que escuchar es tan importante como comer, relacionarse con los demás, etc.
Definimos "escuchar" como prestar atención a lo que se oye, es decir, mostrar interés a lo que en ese momento estamos oyendo. Y aunque prestemos atención, ¿De verdad escuchamos lo que los demás dicen?. Si no estamos con todos los sentido puestos en lo que nos están comunicando, la recepción de esa idea por nuestra parte no será la misma que el del emisor, de tal forma que el entendimiento será diferente. El saber escuchar implica muchos aspectos que debemos saber manejar a fin de que nuestros nuestros resultados en el comportamiento vayan a mejor. Todo esto quiere decir, que compartiendo la información que cada uno posee sobre la realidad, hacemos que nuestra percepción mejore poco a poco.

"Se necesita coraje para pararse y hablar. Pero mucho más para sentarse y escuchar"-Winston Churchill.


¿Por qué nos cuesta tanto escuchar? ¿Porque queremos que los demás nos escuchen a nosotros? Todo esto debe de realizarse de forma recíproca. Si quieres que los demás te escuchen, la primera norma que debemos cumplir es oír lo que los demás quieren decirte. Si tu prestas oído a lo que los demás te cuenta, será más fácil que ellos sean pacientes y que escuchen lo que nosotros queremos decir o contar. Por ejemplo: Queremos contarle un secreto a nuestro mejor amigo, pero el tiene cosas más importantes que hacer que escuchar lo que yo quiero contarle. Te ignora y no te "escucha". Tú te das cuenta de no te está prestando atención y guardas ese momento incómodo para cuando él te quiera contar algo interesante. Como yo he visto que él no me ha hecho caso a lo que le he contado, yo no voy a ser menos, y no le voy a prestar atención a lo que me diga. Si hubiera habido atención por parte de ambos, nos escucharíamos sin rencores ni prejuicios.
Debemos saber escuchar (aspecto bastante importante en la vida), y no pensar que todo lo relacionado con nosotros tiene que ser lo más importante, porque para cada uno, lo suyo es lo fundamental, y lo va a intentar contar por delante de todo. Debemos ser compresibles y hacer un esfuerzo para que todos los problemas sean escuchados por las personas correspondientes.

domingo, 19 de febrero de 2012

¿Por qué nos cuesta hacer las cosas en grupo?

Te mandan hacer un trabajo colectivo, es decir, una tarea de grupo, el cual tiene que estar formado por varias personas.Todas los individuos tenemos una forma de pensar y razonar muy iguales o muy diferentes. Todas estas personas deben de ponerse de acuerdo para hacer un trabajo un poco equilibrado con todas las ideas que surgan durante la elaboración del mismo, lo que sería tarea complicada. Entonces, ¿Por qué nos cuesta tanto llegar a una idea clara y común entre todos? ¿Por qué realizar cosas de forma colectiva resulta más complejo que si lo realizas de  forma individual? ¿Por qué debemos ponernos de acuerdos en temas en los que se incluye el concepto de "grupo"?
Desde el principio de la existencia del ser humano, todas las acciones llevadas por parte del hombre se han realizado de forma colectiva. Esto no quiere decir que todos los componentes de este grupo estuvieran de acuerdo con el propósito de tal acción, pero al fin y al cabo, llegaban a una respuesta general, que hacía que tal hecho sucediera tal y como se lo habían propuesto.
Todas las personas poseemos criterios y formas de pensar bastante diferentes. Desde siempre, llegar a un acuerdo común en el que todas las personas estén de acuerdo y satisfechos con el resultado obtenido es bastante complejo y complicado, sobre todo cuando esas personas imponen sus propias ideas y no escuchan las opiniones de los demás. Por ejemplo, a la hora de decidir un tema de historia para realizar una exposición oral en clase puede provocar discusiones y desacuerdos entre los componentes del mismo. Más conflictos existen si más posibilidades hay de cambiar de idea, por ejemplo, si te dan a elegir entre la Revolución Francesa y la Revolución Rusa, habrá más división de ideas que si solamente te dan una de estas posibilidades. Al ser el campo de posibilidades mayor, superior va a ser los ideales de cada uno.
Queramos o no, todos los ámbitos colectivos no son definitivos a la primera, es decir, que todos no vamos a tener la misma opinión y la misma reacción ante lo que se nos presente. Imaginaros un mundo en el que todos estuviéramos de acuerdo y no protestáramos en nada porque todo nos pareciese correcto ¿De verdad actuaríamos como seres humanos? Nos pareceríamos más a robots programados de la misma manera, con los mismos principios y similares opiniones. Es prácticamente imposible meter en todas las mentes humanas los mismos pensamientos. Cada uno opina desde su punto de vista subjetivo y de la mejor manera que le conviene o le apetece, siempre basado en razones para aclarar su respuesta.
No debemos ser radicales y pensar que el concepto de "grupo" es malo,  porque tampoco es ventajoso realizar todo de forma solitaria. Necesitamos la ayuda de los demás y escuchar "versiones" diferentes para perfeccionar un poco nuestra forma de entender y nuestras razones. Debemos escucharnos a unos y a otros y ver que es lo más aconsejable para todos, lo más adecuado, para que todos estemos cómodos a la hora de desarrollar nuestra tarea colectiva.
Nos cuesta y nos costará hacer las cosas de forma global, porque todos tenemos diferentes conceptos e gustos sobre el tema que se trata. Cada uno mirará por su parte, por lo que más le convenga, pero si el resultado definitivo es decidido de forma comunal, debemos aceptar lo que se ha determinado y no intentar convencer a los demás de que tu opinión es la correcta, porque cada una de las reflexiones creadas por uno mismo tiene validez y un peso igual de importante que el de los demás.

lunes, 6 de febrero de 2012

¿Podemos conocer la realidad tal y como es en sí misma?

Conocer la realidad como sí misma, en su propio ser, puede llegar a ser bastante complejo de explicar y más aún de creer. La realidad es la presencia o existencia real y verdadera de algo. En la realidad todo está presente, incluso la misma materialidad, entonces ¿Podemos saber si de verdad existe la realidad o es una mención creada por los demás? ¿Nosotros somos realidad transformada en seres reales?, y si todo esto fuera verdad, ¿De que forma podemos saber que la realidad está presente y poder saber como es?
Vivimos rodeados de realidad e inexistencia constantemente. Realidades que hacen que nos planteemos si de verdad existe o no lo que nos está sucediendo o lo que nos rodea. El mundo está compuesto de cosas individuales que tienen realidad por sí misma. Con el mero hecho de que las cosas existan, hacen que ya sean reales, que ya sea verídico el conocimiento que tengamos sobre ese aspecto.
Realidad se define como verdad, lo que ocurre verdaderamente. Algo que sucede es real, algo que se siente es real, pero, ¿Y si ese hecho ocurrido nos lo cuenta alguien como demostración de que ha sucedido de verdad? ¿Le creeremos? ¿Nos fiaremos de lo que para él es verdad o real? Según esta definición de realidad, lo que no sabemos ni conocemos, no tiene una realidad para nosotros. Si es verdad o falso lo que nos está contando, nosotros no la conoceremos hasta que no comprobamos que de verdad existe y es auténtico.
La realidad es entendida de forma diferente dependiendo de la persona que la esté manejando. También influye el punto de vista que tenemos para analizar esta realidad y los pensamientos u opiniones que tengamos respecto de ella. Por ejemplo, al meter un palo en un lago, vemos que el palo parece que está doblado y deformado. En realidad, el palo no se ha roto y mantiene su forma original, aunque lo veamos fracturado, la realidad nos engaña y no nos hace ver lo que es real y lo que es falso.  
Las perspectivas o la forma de ver el mundo y observar la realidad no es idéntica para todas las personas. Por ejemplo, si yo me pongo unas gafas verdes y cuadradas, veré el mundo de color verdoso y muy cuadriculado, mientras que si uno lleva unas gafas rojas y redondas, verá el mundo rojizo y circular. No tenemos unas características o unas instrucciones que nos aclaren como es en verdad la realidad, ya que, cada uno, la entiende y la ve a su manera. Por eso, la forma de entender y asimilar la realidad, es personal e individual, y puede ser ficticia o efectiva para unos y para otros.
Entonces, ¿Podemos conocer la verdadera realidad? ¿Acaso existe? Pienso que la realidad existe, y que vivimos rodeada de ella. ¿Conocerla como sí misma? Cada uno tiene su punto de vista y sus propias razones para entenderla de una manera u otra. Es muy difícil llegar a conocerla en sí misma y tal y como es, porque tenemos ideales distintos y conocimientos de la realidad muy diferentes, que hacen que nuestro concepto de real sea distinto al de los demás. Puede haber una realidad más objetiva que se acerque a la verdad absoluta, pero no podemos aclararla del todo, porque siempre existiría una parte de personas que no estarían de acuerdo con esa propuesta y se esforzarían en explicar su modo de ver lo real. Cada uno poseemos diferentes reflexiones. Al ser cada uno de estos razonamientos únicos en cada ser humano, cada percepción de la realidad será distinta. Por eso, no podremos percibir la verdadera realidad. Por ejemplo, una persona que toma droga va a ver o sentirla realidad de diferente manera que uno que no la toma. Pero si toman las mismas drogas, ¿tendrán las mismas alucinaciones? Tendrán los mismos síntomas y delirarán, pero no verán ni sentirán lo mismo, porque son personas diferentes.
En definitiva, no podemos tener los mismos conocimientos sobre la realidad. Pienso que conocerla en sí misma es prácticamente inalcanzable, pero no porque no sea difícil entenderla o saber de su existencia, sino porque no podemos hacer que todos pensemos igual y tengamos los mismos principios e ideales. Creo que lo más importante y fundamental es conocer nuestra propia realidad, la que nos rodea, porque vamos a vivir toda la vida rodeada de ella, queramos o no. Procuremos que nuestra realidad sea la verdadera para nosotros, aunque no la conozcamos totalmente.

viernes, 27 de enero de 2012

¿Debemos tomarnos bien las críticas?

El mundo está formado por muchas personas. Todo estos individuos tenemos cualidades y defectos, que algunas veces se encuentran descompensadas dentro de los seres humanos. Estas imperfecciones provocan que la gente te critique sin que te des cuenta. Personas que no paran de murmurar y cuchichear todo lo que hacemos y lo que no hacemos, lo que somos y lo que no somos; es decir, nos analizan de pies a cabeza para tener alguna excusa para hablar de nosotros. Y yo me pregunto, ¿Por qué la gente nos critica? ¿Esos comentarios deberemos tomárnoslos bien o mal? ¿Las opiniones de los demás nos tiene que influir en nuestra forma de ser?
Conversaciones, diálogos y charlas que no paran de hablar de alguien o de nadie. Palabras que pueden hacer mucho daño o simplemente intentan perjudicarnos a mal. Habladurías que, la mayoría de veces, no tienen criterio fundamental para saber como examinar correctamente a uno. Aquí es donde aparece el concepto de criticas . Una crítica es un examen o juicio acerca de alguien o algo. Podríamos añadir que todo examen se debe hacer cuando conocemos de lo que hablamos, es decir, cuando tenemos argumentos o pruebas de lo que criticamos. No se debería criticar algo que no conocemos, pero algunas veces, se realiza a viceversa, pero ¿Se puede criticar lo que no conocemos? 
Podemos criticar todo lo que esté al alcance de nuestro conocimiento. En este caso, "todo" significa "todo lo que conocemos, lo que está dentro de nuestros límites del conocimiento". Lo que se encuentra en el exterior de esa frontera es "lo no conocido", supuestamente, "de lo que no debemos hablar", ya que no tenemos ni razones ni demostraciones para hacerlo correctamente. Las personas, por poder juzgar, pueden criticar lo que no conocen. En este caso, seguramente, que estas personas se equivocarán, caerán en el error y en la equivocación, porque no saben ni tienen conocimiento del tema del que hablan. 
Desde mi punto de vista, las críticas pueden aparecer desde diferentes puntos de vista. 
Críticas por envidia. Personas que quieren ser o parecerse a los otros, y las critican con defectos. Este tipo de seres opinan malamente de los demás, solo por el hecho de que para ellos son perfectos. Les sacan fallos para sentirse superiores a ellos. Críticas para remediar los problemas del crítico. Me explico. Existen personas que critican a los demás para salir de sus propios defectos. Se sienten mejor sacando lo malo de los demás. Lo utilizan como "vía de escape" de sus preocupaciones. 
¿Nos debemos tomar bien las críticas? Yo creo que no debemos hacer mucho caso a lo que opina la gente de nosotros y quedarnos con lo mejor de cada uno. No todas las críticas van a mal, ya que existen algunas que nos ayudan a perfeccionar nuestro propio ser. No somos perfectos, por lo que recibiremos críticas por todo lo que hagamos. En otros casos, debemos hacer "oídos sordos" a lo piensan los demás de ti. Por ejemplo, te han concedido un premio por realizar un trabajo de investigación. Habrá gente que reconocerá tu trabajo y te dará la enhorabuena por el resultado, pero otra parte de estas personas, te criticará por recibir la recompensa. Dirán que has hecho trampas, que no te explicas bien en tus argumentaciones, que existen trabajos mejores,... Todo esto es producto de la envidia y rencor que la gente contiene por el trabajo bien realizado de otro individuo.
Debemos fijarnos en lo que cada uno hace, y ver si en verdad es correcto o no. Si para ti es lo acertado, adelante. No debemos tirar hacía atrás con ninguna de nuestras ideas y acciones,  porque cada uno es propietario de sus acciones y de su propio ser.